Carl Sagan tenía razón al decir que «Es peligroso no combatir las pseudo ciencias«. Sobre todo, decía el divulgador estadounidense, porque es fácil caer en argumentos engañosos en nombre de la ciencia. Tal fue el caso de los cráneos de cristal que, en el siglo XIX, se publicitaron como antiquísimas reliquias mayas mesoamericanas.
Estos 12 craneos de Cristal con supuestas propiedades curativas, se vendieron al Museo Británico como si fueran mesoamericanos. Asombrados ante el minucioso trabajo en cuarzo lechoso, los curadores del Museo Británico pagaron una fortuna por cada uno de estas piezas.
Según la historia relatada del museo británico, sucedió en 1857. Un aficionado llegó a las oficinas del Museo Británico con una colección de 12 cráneos de cristal. Se presentó a sí mismo como Eugène Boban, un anticuario y arqueólogo oficial venido de Francia. Tallados en un cuarzo prístino, con los dientes y cavidades oculares perfectamente definidas, las calaveras podrían haber venido de México o Guatemala.
En aquel entonces, se presentó a la colección cómo una rareza mesoamericana. Además de haberse manufacturado miles de años antes, tenían la capacidad de curar enfermedades y cambiar el destino del poseedor, decía Boban:
SE DECÍA QUE, TENÍAN PODERES PARANORMALES, QUE PERMITEN EL DON DE PREMONICIONES, CURAR ENFERMEDADES O PREVENIR UNA CATÁSTROFE SUPUESTAMENTE PREDICHA O IMPLÍCITA POR EL FINAL DEL CICLO B’AK’TUN DEL CALENDARIO MAYA, DOCUMENTA HERITAGE DAILY.
Si bien es cierto que los mexicas representaron calaveras como un motivo predominante en su desarrollo artístico y religioso, nunca les atribuyeron capacidades curativas. Por el contrario, eran representaciones de Mictlantecuhtli, el dios del inframundo. O en tzompantlis, monumentos funerarios y bélicos en los que se insertaba el cráneo de los vencidos.
Hoy sabemos esto, pero los británicos no tenían los mismos datos en el siglo XIX. Por eso, les resultó maravilloso que un desconocido se presentara con una docena de cráneos de cuarzo, jurando que venían de algún paraje desconocido del otro lado del mar. No sólo eso: el coleccionista que vendió la colección al museo se hizo millonario.
Una oportunidad que no podía dejar escapar
Una vez que Boban consiguió la confianza del Museo Británico, se creó una personalidad y credenciales únicas. Se pronunció a sí mismo como miembro emérito de la corte de Maximiliano I de México, que había formado parte de las misiones de Napoleón III para investigar las culturas mesoamericanas. pero lo más seguro es que ninguno de los mandatarios hubiese escuchado de él en su vida.
Sin embargo, consiguió inmiscuirse en una de las subastas más aclamadas de la época: el evento de Tiffany and Co en el Museo Británico en 1898. Ahí, le vendió algunas de las piezas a la institución, quien las compró gustosamente para alimentar su acervo de los mejores vestigios de Mesoamérica. Uno de ellos se quedó con el coleccionista francés Alphonse Pinart, quien lo donó al Musée du Quai Branly en París.
Sobra decir que las instituciones museísticas europeas le garantizaron una vida de lujos a Eugène Boban. Los cráneos de cristal le dieron la vuelta al mundo. Al punto que se exhibieron en la American Association for the Advancement of Science, como piezas únicas del arte mesoamericano. Si tan sólo hubieran sabido, que no eran tan antiguos (o valiosos) como decía que eran.
Los cráneos de cristal del Museo Británico han sido objeto de amplia discusión académica. Hoy se sabe que, definitivamente, no fueron creados por los antiguos artesanos mayas o Aztecas mesoamericanos. Por el contrario, existe la certeza de que algún aficionado los talló en Europa, a mediados del siglo XIX.
Y lo que es más, es probable que se hayan tallado en el taller de Alemania. Específicamente en el poblado de Idar-Oberstein, famoso por importar cuarzo brasileño en la época. Eugène Boban, por supuesto, no dio esta información a las autoridades culturales británicas.
SIN EMBARGO, POR LA EUFORIA EXOTISTA QUE GENERABAN EN AQUEL ENTONCES LAS CULTURAS ORIGINARIAS DE AMÉRICA, CUALQUIER COSA QUE SIMULARA SER MESOAMERICANA ERA MOTIVO DE CULTO EN LA ACADEMIA EUROPEA.
Naturalmente, los cráneos de cristal no tienen poderes de ninguna índole mucho menos curativos. Y lo que es más: esa narrativa espiritista ni siquiera figuraba entre las tradiciones religiosas de los mexicas o los mayas. Sin embargo, no se podría esperar otra cosa de los europeos decimonónicos: a fin de cuentas, compraban restos de momias para curar sus propias angustias y malestares (y sí, se los comían).
En ese marco de pensamiento, pensar que cráneos de cristal maya o mexica podrían cambiar su destino, entonces, no parece tan disparatado. Aunque sean falsos.
Esta noticia del museo británico, confirma lo que por años nuestros ancianos y sabios mayas nos han dicho sobre estos famosos cráneos de cristal que no son Mayas ni Aztecas, ya que el sagrado Pop’ Wuj es claro en decir que los señores de Xibalba’ (Inframundo) no curan nada, ni a nadie, y que lejos de traer salud, prosperidad, triunfos, cambio y el bien en la vida de las personas, los seres de Xibalba’ (Inframundo) son quienes traen todas las enfermedades en la vida de la gente, son quienes causan los fracasos e infortunios en la senda de los seres humanos, son quienes conducen a la pobreza mental, emocional física y la muerte repentina y de toda clase en los seres humanos.
Nuestros sabios dicen, que asociarse en la veneración, adoración e invocación de la muerte, de esqueletos, sepulcros y toda clase de oscurantismo, no trae nada bueno ni en esta vida, ni en la vida venidera de las personas, todo lo contrario, el reino del Xibalb’a, lo que sabe hacer y traer de seguro, es el dolor, el sufrimiento y la muerte lenta para las personas quienes inter actúe con ellos.
Por eso, tengan mucho cuidado con tantos artículos tales como libros, lecturas, calendarios, ceremonias de chocolates, hiervas milagrosas, adivinaciones, imágenes religiosos, curaciones milagrosas mayas, piedras preciosas etc, etc, que se promocionan en las redes sociales, videos, blogs, que dicen ser mayas.
Recuerden, no todos los objetos que dicen ser mayas, son objetos mayas auténticos, hay muchos objetos mayas falsos, hay muchos seudo maestros y supuestos expertos mayas falsos como Eugène Boban que robó, y engañó la biblioteca británica, hay muchos charlatanes, engañadores, gente sin escrúpulos fuera y dentro del territorio maya que están engañando y robando a mucha gente en nombre de nuestra cosmovisión y nuestros ancestros los mayas.
Asi que ya saben: NO TODOS LOS OBJETOS Y SUJETOS QUE DICEN SER MAYAS, SON MAYAS AUTETICOS.
Sinceramente: www.MayaTecum.com la fuente de los verdaderos mayas.
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