Tenochtitlan la gran ciudad de los mexicas

El año 9 IQ’ 5,129 (2021) sin duda es un gran año lleno de grandes eventos conmemorativos de los hechos lamentables que sucedió en el pasado con nuestros pueblos.

En este año en Guatemala, los mayas conmemoramos los 200 años del gran rey Atanacio Tz’ul el primer hombre maya K’iche que se levantó en 1820 para pedir la independencia no solo de Guatemala, sino de toda centroamérica, en este año el gobierno de Guatemala hizo entrega de la silla de Atanasio Tz’ul a la población de Totonicapán donde Atanasio Tz’ul era originario.

En este año Mexico nuestro país hermano. conmemora los 500 años de la caída de la gran ciudad de Tenochtitlan en manos de los invasores, según datos históricos y la arqueología mexicana dicen, que el 13 de agosto de 1521. cayó la ciudad de Tenochtitlan en manos de los invasores.

El 13 de agosto de 1521 es una fecha del calendario juliano, esta fecha en el calendario gregoriano corresponde al 23 de agosto de 1521, y en el calendario maya Ab’ tradicional esta fecha equivale al 1 KAN 3 ZOTZ’ del año 3 IQ’ 4629.

En esta fecha dicen que el gran Kuahtémok tras deliberar con su Consejo, decidió rendirse a los españoles con el fin de evitar más sufrimientos en su pueblo. En su concepto, esta rendición implicaba que Tenochtitlan sería vasallo del rey de España y estaría obligado a pagarle tributo al rey invasor, no podía imaginar que lo que estaba por suceder era la desaparición del mundo en el que su pueblo había alcanzado un poder y esplendor sin parangón en estas tierras.

Según las versiones de los españoles, Kuauhtémok fue tomado prisionero por el capitán español Garcí Holguín cuando huía de Tlatelolko en una canoa y fue llevado ante Cortés, quien le exigió su rendición. Sólo en las crónicas españolas se menciona el famoso pasaje en el que el Tlatoani vencido pide a Cortés que lo mate con su puñal, pues su misión, la de de luchar por su pueblo, había terminado.

En opinión de Eduardo Matos, lo que Kuauhtémok solicitó en realidad, considerando la concepción Mexica al respecto, era que se le diera muerte conforme la tradición Mexica, es decir, que se le diera muerte ritual. Cortés, ajeno a esos conceptos y confundido por los intérpretes, quienes le indicaron que lo que el mexica simplemente quería era que lo mataran, se negó. Esto seguramente provocó desconcierto y desazón en el Tlatoani, que se veía privado de lo que para él representaba al final de cuentas una obligación y un honor: morir en ofrenda para su pueblo.

Después de la muerte del gran Kuauhtémok la ciudad del gran Huitz’ilopochtli la gran Tenochtitlan cayó en mano de los invasores. Tenochtitlan, era la ciudad que hoy se encuentra bajo los cimientos de la ciudad de México, la ciudad que fue la más grande de su tiempo y, tal vez, la más majestuosa que la humanidad haya construido.

En 1519, justo en la cúspide de su desarrollo, se estima que vivían en Tenochtitlan entre 80 mil y 300 mil habitantes, sólo en los límites de la ciudad. Soustelle afirma, sin embargo, que contando a la población en las riveras del lago, sus habitantes llegaron a ser 700 mil.

Fue la primera ciudad del mundo que garantizó para su población una educación gratuita, obligatoria y universal y, aunque es cierto que existía una división entre la educación para la nobleza y la educación el común del pueblo, es de admirarse que su sistema educativo no permitiera dejar sin oficio o profesión a ningún niño o joven.

Tenochtitlan siempre fue de color blanco. Los edificios, las calzadas, las casas, los canales y los templos eran de ese color, debido a que eran aplanadas con cal, y es por ello que, al verla de lejos, los españoles tuvieron la falsa impresión de estar admirando una ciudad de plata pura.

A raíz de la grandeza y poderío de la nación Mexica, uno podría pensar que su civilización se desarrolló durante siglos, como la antigua Roma. Sin embargo, sorprende saber que su poder sólo duró 200 años, los que supieron aprovechar muy bien, claro está, puesto que sus novedosos sistemas educativos, de gobierno, bélicos y económicos les impulsaron a explotar al máximo las capacidades humanas.

Durante los últimos 70 años de Tenochtitlan, sus gobernantes lograron que pasara de ser un pueblo mercenario a un pueblo que logró dominar sus alrededores.

Si alguna vez ha visitado las ruinas del Templo Mayor Mexica, en la ciudad de México, notará que en su primera etapa de construcción se colocó un chaac-mool que se ve muy rústico, comparándolo con la piedra del sol o Calendario Azteca -una obra de arte y de las matemáticas-, creerá que existen siglos de diferencia entre una y otra escultura. Sin embargo, una representa el principio y la otra la cúspide de la nación mexica, es decir, solo 70 años.

Tenochtitlan contaba con el servicio postal más veloz del mundo, con corredores apostados cada ocho kilómetros, que se iban relevando. Motecuhzoma I, por ejemplo, recibía pescado fresco de las costas de Veracruz de un día para el otro.

En Tenochtitlan los cargos públicos se alcanzaban por meritocracia, es decir, para acceder a ellos se debía gozar de gran reconocimiento popular por obras en beneficio de la sociedad. Como ejemplo, los militares podían acceder a las escuelas especializadas de guerrero jaguar y águila sólo si habían combatido en cierto número de campañas, o si habían capturado a un número específico de enemigos o, más importante aún, luego de haber realizado proyectos en beneficio de su comunidad. Para los mexicas sólo debían acceder al gobierno aquellos que mostraran un compromiso real con la nación.

Se desarrolló en Tenochtitlan un sistema de islas artificiales llamadas “chinampas”, ideadas para producir el doble de cultivos que en tierra. ¿Cómo es que lograban producir el doble? Pues ya que en tierra es necesario cuidar la cantidad de agua y el abono para las plantas, lo que en una chinampa no representa una dificultad, pues ambos elementos están presentes de forma permanente. Además, todos los desechos orgánicos (incluidos los generados por las personas), eran utilizados como abono.

Las plazas de Tenochtitlan contaban con baños públicos y gratuitos, pues por la extrema limpieza de la sociedad Tenochca el estado promovió la higiene social.

Los servicios de los baños públicos eran unas pequeñas casitas para hacer las necesidades fisiológicas básicas, orinar y defecar, y se contaba con personal que se encargaba de su limpieza. Los desechos generados se utilizaban como abonos en las chinampas.

Tenochitlan fue la ciudad más iluminada del siglo XVI, por antorchas, hogueras y braseros ubicados en la parte superior de los templos que, al verse reflejados en el lago, creaban una visión realmente mágica.

Se desarrollaron especialidades médicas desconocidas para muchas ciudades del mundo de ese entonces, como la quiropraxia, la cirugía, la herbolaria y la psicología. Había, por ejemplo, médicos dedicados a la interpretación de sueños y recuerdos, pues creían que todo mal tenía una causa anímica que provenía de lo profundo del ser.

También se les atribuye a los mexicas el uso de una pieza pequeña de madera de ocote cubierta con miel -antiséptico natural- que se colocaba entre las partes de un hueso fracturado para que se soldara, lo que sería conocido luego como “clavo quirúrgico”.

Se practicó en Tenochtitlan un sistema de selección humana que tal vez hoy nos pueda parecer cruel: Al nacer se bañaba los bebés con agua fría. Si sobrevivían, significaba que eran aptos para las difíciles pruebas de la vida, pues según la cosmovisión mexica venimos al mundo “a sufrir y a perseverar hasta el final”.

La ciudad de Tenochtitlan se construyó sobre un lago pantanoso. ¿Cómo? Colocando en corrales sumergidos una serie de troncos unidos uno con otro para proporcionar una base firme sobre la cual construir los edificios.

Toda persona debía pagar dos tipos de impuestos: Uno en especies y otro con mano de obra llamado “tequio” (trabajos a favor de la comunidad), pues era una obligación que todos contribuyeran al desarrollo de la urbe.

Se creó en Tenochtitlan el primer zoológico del continente, ordenado por Moctezuma I y que albergaba a todas las especies de animales conocidas hasta el momento.

La dieta de los mexicas, y en general de todos los pueblos nativos, se basó en insectos, semillas, raíces, plantas y carne solo en alguna ocasión, pero no como un hábito cotidiano.

Existieron en Tenochtitlan dos formas de transportarse, una era a pie por las calles y plazas y otra era en canoas a través de los canales de la ciudad.

Tenochtitlan fue 3 veces más grande que Londres y 5 veces más grande que Sevilla, dos de las más grandes ciudades en Europa, que lamentablemente en el presente no queda mucho por ver, solo lo que se puede imaginar según las crónicas que nos dejaron los  escribanos en sus escritos.

En este año 9 IQ’ 5,129, (2021) rogamos al gran Huitzilopochtli que la gloria y el esplendor de Tenochtitlan vuelva hacia Mexico y hacia todos los pueblos originarios en todo el continente americano.

Sinceramente: https://mayatecum.com/ la fuente de los verdaderos mayas.

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