En los sagrados días AJMAQ, KEME los Mayas celebramos el día de los recién nacidos y de nuestros sabios y ancianos de nuestro pueblo: y alavés en estos días especiales hacemos memoria de las últimas palabras de nuestros abuelos B’alam Kitze’, B’alam Acab’, B’alam Majacutaj y Equí B’alam, los cuatro hombres profetas que guiaron a nuestro pueblo Maya desde el principio, los cuatro hombres sabios que fueron Creados del sagrado maíz según el sagrado Pop Wuj por Tz’akol y B’itol, (el Creador y Formador).
En el momento de su partida hacia su lugar de origen llamaron a todos sus hijos para que escucharan sus últimas sabias palabras, llamado que nuestros ancianos dicen que no solo fue para sus hijos Mayas presentes en aquella época; sino para todo los hijos de sus hijos de todas las futuras generaciones venideras.
Sus últimas palabras para todos nosotros sus hijos fueron:
¡Oh hijos nuestros! Nosotros nos vamos.
Nosotros regresamos.
Nosotros nos volvemos a nuestro pueblo.
Vamos a emprender el regreso.
Hemos cumplido nuestra misión
Nuestros días están terminados.
Sanas recomendaciones y sabios consejos les dejamos.
Piensen, pues, en nosotros.
No nos borren de su memoria.
No nos olviden.
Volverán a ver vuestros hogares y sus montañas.
Establézcanse allí, y que ¡así sea!
Continúen su camino y verán de nuevo el lugar donde vinimos.
A través de estas 13 sabias clausulas contenidos en sus últimas palabras, entendemos su buena voluntad y el deseo de su corazón, pero además podemos ver claramente su preocupación a que sus hijos cumplan con estas normas los cuales ellos dejaron.
En el nab’e (primera), hasta en el uwakib’ (sexta) clausula; vemos claramente que ellos durante su estadía en la madre tierra engendraron hijos é hijas y los reconocieron como suyos, y que a ellos anunciaron su partida, al reconocer a sus hijos y el gran anuncio de su regreso a su lugar de origen; nos da una gran enseñanza de responsabilidad; que los hijos de los Mayas debemos reconocer a nuestros hijos é hijas también, y ser responsables íntegros con ellos tal como lo fueron nuestros primeros padres.
En la séptima clausula nos dicen: Sanas recomendaciones y sabios consejos les dejamos. Como buenos padres, y hombres sabios que fueron nuestros abuelos; no solo engendraron hijos é hijas, sino que se preocuparon de dejarles la mejor y más excelente herencia que son sus sanas recomendaciones y sus sabios consejos, a través de las cuales sus hijos puedan guiarse para una buena vida sobre la madre tierra, en esta séptima clausula claramente podemos ver y entender que la sabiduría de nuestros ancestros los Mayas es sabiduría sana y son consejos sabios, en otras palabras dejaron dicho a sus hijos que nadie te diga o te convenza que la sabiduría y el conocimiento que les estamos dejando es mala o nociva, queremos que sepan que les estamos dejando recomendaciones sanas y sabios consejos.
Luego dicen en el Uwaqxak (octava clausula): Piensen, pues, en nosotros. Aquí vemos el gran deseo de su corazón el que sus hijos piensen en ellos, que en su mente estén sus padres presente, esta cláusula Pensad, pues en nosotros, es una orden, un decreto de nuestros abuelos de pensar en ellos, este precepto está dirigido a la mente consciente de sus hijos a que estén consientes en pensar en sus ancestros con plena conciencia ya que la conciencia es lo único real y verdadero que se tiene.
En el Ub’elej (novena clausula) nos dicen: No nos borren de su memoria. Aquí tenemos otro deseo de nuestros abuelos el No borrarlo de nuestra memoria, esta orden está dirigido a la mente subconsciente de sus hijos donde habita la memoria y el recuerdo de toda su experiencia de vida y donde está grabado toda la información de su linaje ancestral, ellos dicen no nos borren, no nos quiten, no nos eliminen de su memoria, pero a la vez al decir NO nos borren de su memoria; nos están diciendo No lo hagan, no lo intenten ni se les ocurre borrarnos; porque por más que intenten borrarnos no lo lograran, no podrán hacerlo porque estamos tan arraigados y tan impregnados en ustedes que jamás podrán deshacerse de nosotros, mejor ténganos presentes siempre en su memoria.
En el Ulajuj (decima clausula) dicen: No nos olviden. Aquí tenemos otra gran verdad y otro gran deseo de nuestros abuelos los Mayas; el no olvidarlos, el no ignorarlos, el no echarlos de menos en nuestra vida diaría, ellos nos dicen no nos olviden; porque si lo hacen será como si hicieran traición a su linaje, a su raza, a su pueblo y a ustedes mismos, será como si se engañaran y se destruyeran a ustedes mismos, como también con esto nos están diciendo no les aconsejamos que nos olviden, porque no podrán hacerlo ni podrán lograrlo, porque nosotros siempre estaremos presentes en ustedes, por más que intenten olvidarnos se darán cuenta una y otra vez que a través de su rostro, a través de su piel, a través de sus hijos y de toda su composición humana ahí estamos presentes, por eso es mejor que siempre se acuerden de nosotros.
Luego en el Ujulajuj (decima primera clausula) dicen: Volverán a ver sus hogares y sus montañas. En este principio podemos ver y entender que la única manera en que el hombre y la mujer Maya volverá a ver su verdadero hogar y sus verdaderas montañas de vida y crecer; es cuando cumpla la voluntad de sus ancestros, cuando entienda las sanas recomendaciones y los sabios consejos de sus ancestros, y cuando tenga el habito de pensar en sus abuelas y abuelos, y cuando escriba en su corazón y en su memoria el nombre de sus ancestros y los tenga siempre presente, entonces volverá a ver la plenitud de su vida y de su hogar y será como las grandes montañas que reverdecerá en todo su esplendor.
En el Ukab’lajuj (decima segunda clausula) nos dicen: Estableceos allí, y que ¡así sea! Esta es una orden de nuestros ancestros de establecernos en nuestros principios, fundamentos y valores Mayas; sin desviarnos ni a la izquierda ni a la derecha, ellos dejaron dicho a sus hijos establézcanse, afírmense, tomen posesión en sus raíces y en su cultura, háganlo así, es nuestra voluntad que así sea hecho, porque solo aquel que está firme en sus creencias y convicciones nada ni nadie le hará cambiar de rumbo.
Luego al final en el ur’oxlajuj (décima tercera) cláusula dicen: Continúen su camino y verán de nuevo el lugar donde vinimos. Aquí tenemos un precepto y una gran promesa para todos los que somos hijos de los Mayas; nuestros ancestros, a través de esta clausula nos dicen que su deseo es que sus hijos continúen en el camino que ellos nos trazaron desde el principio, que sus hijos caminen por la senda que dejaron para sus hijos, senda que es conocido como el Sack B’e (el camino sagrado, el camino recto, el camino de la luz, el camino de la verdad, el camino de la vida, el camino de la sabiduría, el camino de la unidad, el camino de la regeneración), a través de este precepto ellos mandan a sus hijos que no se detengan; sino que caminen y avancen hacia adelante con la gran esperanza y la promesa que si sus hijos hacen lo que sus ancestros mandan al final verán de nuevo el lugar de donde procedemos todos los Mayas, lo que a su vez advierten que quien no lo haga no tendrá parte ni suerte en el lugar de donde vinimos los Mayas.
En conclusión todo lo que hasta aquí hemos aprendido, el deseo de nuestros primeros padres es llamarnos a la obediencia y hacia el respeto hacia ellos, ya que el respeto hacia el Ajaw y hacia nuestros padres es uno de los valores invaluables en toda nuestra cultura y cosmovisión Maya. Porque quien respete y honre a sus padres y sus ancestros tendrá y comerá el bien sobre la madre tierra y la bendición estará sobre su vida, y quien deshonre é irrespete a sus padres y sus ancestros sobre su vida y en sus caminos tendrá solo maldiciones.
Honrar a los ancestros nos permite recuperar las fuerzas y virtudes que recibimos de ellos. Disfrutar de una vida plena implica recibir la bendición de las abuelas, de los abuelos y de los antepasados.
Gran parte de nuestras situaciones adversas y el sufrimiento que conllevan en la vida: proviene de no honrar a los padres, los abuelos y antepasados. De los padres, los abuelos y ancestros recibimos sus bondades cuando los respetamos y los honramos, pero también recibimos de su sufrimiento cuando los ignoramos, los olvidamos y deshonramos. Dicho sufrimiento ha de ser purificado para que las virtudes recibidas nos favorezcan y bendigan nuestras circunstancias cotidianas en la vida.
A’lá, A’lí, A’klab’ j’untir Ch’i Q’ijlaj r’i T’at, Ch’i Q’ijlaj r’i N’an.
Joven, Señorita, niños hijos en general honren y respeten a su padre, a su madre y sus ancestros para que la bendición del Ajaw, de los padres, de los abuelos y de todos nuestros ancestros este siempre sobre ustedes.
Sinceramente: www.MayaTecum.com la fuente de los verdaderos Mayas.