Respetables mayas y pueblos nativos de América desde el más pequeño hasta el más grande reciban muchos saludos. Una vez más conmemoramos la memoria de nuestros abuelos y abuelas mayas los hombres y mujeres que fueron quemados vivos en el fuego en manos de los malvados invasores el día 12 de Julio de 1,562.
Al hacer pública estas historias es sin ánimo de ofender a nadie, es solo con el propósito de dar a conocer la verdad sobre los hechos y acontecimientos cometidos en contra de nuestro pueblo maya y de todos los pueblos de América, historias que en las escuelas, en los colegios é universidades no se enseña.
En estos días todos los Mayas, Aztecas, Incas y pueblos nativos de este nuevo continente estamos tristes y desolados por cada uno de nuestros sabios ancestros inocentes, pacíficos que fueron aniquilados por los obispos, frailes, sacerdotes católicos de aquellos entonces, alavés en estos días lloramos a cada uno de nuestros códices y a cada uno de nuestros grandes libros que contenían toda la ciencia avanzada de nuestros abuelos que fueron incinerados por estos invasores.
Uno de los primeros grandes hombres que se enfrentó a los despiadados invasores fue el gran abuelo Taino JATUEY uno de sus descendientes nuestro querido amigo y hermano AmanajRi a quien le hemos pedido descubrir a ciencia cierta todo el calvario que paso el gran JATUEY en manos de nuestros enemigos.
Él nos envió esta gran historia sobre el gran abuelo Jatuey. Y esto dice así:
Que tal hermanos Mayas y público en general. Hoy quiero hablarles sobre Jatuey, un Cacique Taíno de la región de Guajabá, Quisqueya (La Española). Este convocó una rebelión en contra de los asesinos españoles en su patria.
No teniendo éxito, escapó en canoas con alrededor de cuatrocientos hombres, mujeres y niños y advirtió a los Taínos de Cuba del peligro que se les avecinaba. Jatuey tenía vasta experiencia enfrentándose a los invasores y sabía muy bien cómo hacerles guerra de guerrillas.
Él les explicó la necesidad de unirse para poder luchar en contra de los hombres blancos que habían infligido mucho sufrimiento a su pueblo.
En 1,511, Diego Velásquez partió de La Española (ahora la República Dominicana) para invadir y colonizar a Cuba. Entre sus soldados estaba Hernán Cortés, que posteriormente conquistaría a México.
Según lo reportado más tarde por el sacerdote católico Fray Bartolomé de Las Casas, Jatuey mostró a los cubanos una cesta llena de oro y de joyas. Y dijo: «El dios sabio y justo que adoran, es ese papa y ese rey, y todos ellos no es otro que el oro vil que se esconde en las entrañas de nuestra tierra: éste es el dios que los españoles adoran. Por esto ellos luchan y matan; por esto nos persiguen y es por eso que tenemos que lanzarlos al mar».
“Ellos nos dicen, que adoran a un dios de paz y de la igualdad, pero usurpan nuestras tierras y nos hacen sus esclavos. Nos hablan de un alma inmortal y de sus recompensas y castigos eternos, pero roban nuestras pertenencias, seducen a nuestras mujeres, violan a nuestras hijas. Y como no pueden igualarnos en valor, estos cobardes se cubren con hierro que nuestras armas no pueden romper”.
Ellos invocan un dios sediento de sangre y de oro y nosotros tenemos de nuestra parte un Dios justo y sabio, los caciques vecinos vendrán en nuestro auxilio, las breñas cortarán el vuelo a sus caballos, el tronco de la ceiba será nuestro escudo y nuestros cemíes harán trizas sus corazas”.
La estrategia de Jatuey contra los españoles fue la de atacar, a manera de guerrilla, y después dispersarse a las lomas, donde se reagrupaban para el siguiente ataque. Por cerca de tres meses las tácticas de Jatuey mantuvieron a los españoles a la defensiva.
Gracias a un traidor, Velásquez pudo rodear y capturar a Jatuey. En Febrero 2 del 1,512, Jatuey fue atado en una hoguera en el poblado de Yara, donde fue quemado vivo.
Momentos antes de encender el fuego, un sacerdote Católico le ofreció la salvación de su alma, mostrándole la cruz y pidiendo que él aceptara a Jesús para ir al cielo.
Jatuey preguntó: «Los españoles van al cielo», «hay muchos como nosotros en el cielo» contestó el sacerdote.
Entonces Jatuey contestó: «Prefiero quemarme en el infierno para nunca verlos jamás». El no deseaba saber nada de un dios que permitía una religión que tal crueldad fuera hecha en su nombre. Jatuey murió en el día de la festividad católica de la candelaria.
Jatuey gran Guerrero, tu virtud y valor será recordada para siempre por nosotros los descendientes Tainos, y de todos los pueblos autóctonos de América. Tu nombre es símbolo de la resistencia ante la opresión del catolicismo, cristianismo y el imperialismo, nos distes noble ejemplo a seguir y continuamos en pie de lucha. Tu gesta será recordada para la eternidad!
Para www.MayaTecum.com la fuente de los verdaderos Mayas les escribió su amigo y hermano: AmanajRii- Taíno
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